¿Realmente la Selección Mexicana “ ya no interesa”?

Desde hace ya unos cuantos meses, si no es que un par de años, se puede leer de tanto en tanto a algunos twitteros que dicen que la selección mexicana “ya no interesa”, o por lo menos que “sólo interesa en Estados Unidos”.

Antes eso se limitaba a los aficionados de Monterrey, pero ahora son también de otros equipos. Insisten en que, para ellos, lo importante es su club y lo extrapolan a todo el país. Su argumento es que los malos manejos directivos y, en algunos casos, el “centralismo” han matado el interés por el Tricolor.

Yo siempre les respondo que es el equipo con más rating del país, pero eso parece no ser suficiente, así para la columna de hoy decidí buscar las estadísticas que nos saquen de dudas. ¿Se ha perdido realmente el interés por la selección mexicana?

La primera manera de enterarnos es, precisamente, con el rating de televisión. Y, por los números que podemos leer, no tiene mucha pinta de que sea el caso. Arranquemos con el Mundial, no sólo por ser el evento más importante sino porque, en este caso, nos da una estadística muy relevante.

El partido que más se vio de la selección fue contra Argentina. Lo vieron, entre Televisa y TV Azteca, ¡41.5 millones de personas! Esa cifra lo convierte en el evento más visto en la historia de la televisión mexicana. Y estamos hablando de una época en donde hay streams piratas, que no se contabilizan.

Los otros dos partidos del Tri estuvieron atrás, pero también arrojan cifras impresionantes. El juego inaugural contra Polonia atrajo a 25 millones de personas, mientras que el último partido contra Arabia Saudita llevó a 30 frente a sus pantallas. 

Pero bueno, es el Mundial, ¿por qué no mejor hablamos de la Copa Oro, nuestro torneo molero por excelencia? Pues bueno, según cifras de IBOPE, la final de la edición de 2021, entre la selección nacional y Estados Unidos fue vista por un total de 15.9 millones de personas. Una cifra PARA NADA despreciable. 

Sumémosle a eso las cifras en Estados Unidos, que aunque a algunos dentro de territorio mexicano les moleste, es un lugar donde tiene decenas de millones de aficionados y donde se generan los principales ingresos de la selección. Ahí, el último molero entre los dos equipos fue visto por 2,1 millones de personas, más la gente que abarrotó el estadio.

Porque, además, la Selección Nacional sigue siendo un imán de taquilla, en Estados Unidos, por supuesto, pero también en México. Sólo basta que el rival no sea El Salvador para que la gente abarrote las tribunas, aunque sea para ir a enojarse. Sin ir más lejos, el último partido ante Jamaica, por la molerísima Nations League, metió 65 mil aficionados al Estadio Azteca, cifra reservada a los clásicos en la LigaMX.

Quizá donde quede más claro el interés latente por el Tricolor es en el dinero que ingresa la FMF por patrocinadores de la selección. En algún momento del año pasado, los federativos presumieron que habían roto récord de ingresos, pero hasta no ver las cifras nunca me imaginé que tanto.

En el ciclo rumbo a Rusia 2018, de acuerdo con Forbes, la FMF recibió ingresos de alrededor de 300 millones de dólares, pero esa cifra explotó en los siguientes cuatro años cuando, según el sitio de investigación deportiva El Mister, la Federación Mexicana habría superado los 460 millones, una cifra brutal, más aún tomando en cuenta que se atravesó una pandemia.

Me parece que, con todas esas cifras, está claro que el interés por la selección no ha menguado en lo más mínimo. Pero entonces ¿por qué hay aficionados que lo afirman con absoluta certeza?

Mi teoría es que están enojados por los malos resultados del equipo. No es que se haya perdido el interés, sino que, como el Tricolor atraviesa una evidente era de vacas flacas, el aficionado mexicano actúa por despecho, y manifiesta su enojo fingiendo desinterés. A final de cuentas, lo que no nos importa, no nos duele, ¿o no?

El problema que tiene la FMF no es en el plazo inmediato. Está claro que la selección sigue siendo el producto más importante (y rentable) que tiene el futbol mexicano, muy por encima de los clubes. El asunto es que, de mantenerse los resultados actuales, el enojo puede, en efecto, convertirse en verdadero desinterés. Y entonces los ratings bajarán y también el dinero de patrocinios.

La Federación tenía una oportunidad de oro para hacer las cosas mejor rumbo a un Mundial que debería ser histórico en audiencia, interés e ingresos, porque México lo jugará, por lo menos en parte, como local. Sin embargo, las decisiones recientes, o más bien, la forma en que fueron tomadas, deja intuir que las cosas van para peor, no para mejor.

Ojalá que se den cuenta que la gallina sigue poniendo huevos de oro, pero que hay que alimentarla y tratarla bien, de otro modo, acabarán por matarla y una vez muerta, no habrá quien la reviva.

Por Martín del Palacio

Anterior
Anterior

Los posibles destinos europeos de los jóvenes mexicanos

Siguiente
Siguiente

La oferta que sacaría a Santiago Giménez del Feyenoord