8 aprendizajes de México ante Panamá y en la Copa Oro

Pues el objetivo se logró. México derrotó 1-0 a Panamá y se coronó campeón de la Copa Oro. Llevábamos cuatro años sin ganar un título a nivel mayor, cualquiera que este fuera, así que se vale estar contentos, aunque con la obvia perspectiva de que se trata de un torneo de un nivel no demasiado elevado al que, además, Estados Unidos, nuestro mayor rival, fue sin su mejor XI.

Fuere como fuere, eso no es culpa de México. Esos torneos hay que ganarlos y se consiguió merecidamente, sin demasiados sobresaltos aunque con algún sufrimiento. El título, además, permite respirar más tranquilamente en un ambiente que se había tornado demasiado tóxico. Habrá unos meses de descanso y se podrá ver el futuro con un poquito más de optimismo.

Hagamos el análisis de los aprendizajes del partido y el torneo.

1.- Panamá, el ejemplo para México en micro: Si uno analiza a los integrantes de la selección panameña, por talento puro, no tendrían nada qué hacer en esta final ni haciéndole partido a México. No tienen ni un jugador en liga top, y su mejor futbolista en el torneo, Carrasquilla, está en un equipo de MLS. Pero el técnico Thomas Christensen tiene a la suma jugando mucho mejor que las partes, con un estilo dinámico y vertical que se adapta a las cualidades de sus futbolistas. México tiene que buscar algo así en un nivel superior. Por calidad individual no estamos hoy para competir, pero el colectivo debe ser más fuerte si ambicionamos a algo mejor.

2.- El mejor partido de Henry, pero…: Si ustedes me han seguido saben que Henry Martín no soy muy santo de mi devoción. Es un buen delantero LigaMX pero me parece limitado para el nivel internacional. Dicho esto, ayer tuvo un partido espectacular. Participó constantemente en la generación de juego ofensivo y aguantó con firmeza el trato físico de los panameños. Anotó, incluso, pero su gol fue anulado por una jugada que pasó 2 minutos antes de que entrara. Y, pese a todo, el partido será recordado porque salió de cambio y su rival por fin apareció en la escena internacional.

3.- El momento que esperaba Santi: Quienes hemos seguido constantemente a Santiago Giménez durante su experiencia en Europa, sabíamos que sus problemas recientes con la selección tenían que ver con la presión de querer hacer demasiado. Estaba fallando goles que con el Feyenoord los anota con los ojos cerrados y en general se le sentía muy revolucionado. Ayer, por fin, logró plasmar de verde lo que hace normalmente en Holanda y mostrar sus condiciones. Todo el gol fue un espectáculo, desde cómo aguanta la carga tras la recepción, cómo se quita al defensa con un regate, la conducción y, sobre todo, la definición de zurda, perfecta. Un golazo y, finalmente, su presentación en sociedad.

4.- Edson y un sistema por ajustar: Edson Álvarez fue importante ayer. Su salvada al final fue el inicio del contragolpe del gol del triunfo. Sin embargo, no tuvo un torneo a la altura del nivel que suele mostrar en Holanda, y eso tiene que ver con el sistema de medio campo que suele utilizar México, en el que los tres centrocampistas cumplen funciones de tránsito del balón horizontal, algo que a Álvarez no le acomoda. El nuevo DT de la selección (o Jimmy, si se queda), tendrán que adaptar ese sistema a un jugador de las características de Edson, porque no estamos en condiciones de prescindir de un talento como el suyo.

5.- La defensa, lo mejor: Lo sabíamos desde antes. Incluso en el Mundial, la defensa de México fue lo mejor del equipo, y ahora en la Copa Oro sucedió de nuevo. Ochoa estuvo sólido como siempre. La pareja de Montes-Vásquez se consolidó finalmente en selección mayor, Gallardo mostró el nivel de costumbre cuando está en el Tri y Sánchez, sin la presión de tener que marcar a extremos muy talentosos, pudo mostrar sus mejores virtudes y esconder sus limitaciones tácticas. El Tri mostró que puede construir a partir de su zaga, que lo mantendrá competitivo prácticamente ante cualquier rival.

6.- La verdad, nos falta talento: Todo bien con la defensa, pero en media cancha nos faltan jugadores diferenciales. Chávez es un tipo inteligente, con buen pie, Romo recorre mucho terreno y tiene físico, Sánchez es dinámico, conduce bien y va a todas. Ninguno de ellos esta ni cerca de tener la onza para cambiar un partido. Eso es un mal endémico del futbol mexicano, normalmente nuestra calidad no sale desde media cancha, pero en esta generación de plano estamos muy escasos de talento. Quien generó en este torneo fue Orbelín Pineda, desde el extremo en diagonal, pero no es lo ideal y no estoy seguro que eso se pueda reflejar del mismo modo ante rivales de exigencia más alta.

7.- Campeones, pero la realidad es la que es: Hay que celebrar, sin duda, este título. Servirá para que el ambiente mejore y para que la selección vuelva a ganar en confianza, pero eso no debe de esconder la realidad de que esta generación no tiene el talento de las anteriores y que se necesitará un gran trabajo para maquillar esas deficiencias y tenernos compitiendo en 2026. Es un buen inicio pero nada de lanzar las campanas al vuelo. Los amistosos de octubre, ante Alemania y Ghana, nos mostrarán un poco mejor dónde estamos, aunque nada de eso estará claro sino hasta la Copa América el año que viene.

8.- Y eso incluye al entrenador: Jimmy Lozano hizo un excelente trabajo en esta Copa Oro, desde el punto de vista táctico pero, sobre todo, desde el emocional. Agarró a un equipo abatido y le regresó al gusto de jugar de verde. No es poca cosa, la verdad, pero no será suficiente ante mejores rivales y no debe hacernos olvidar que, salvo por la medalla de bronce, su trayectoria no es la de un técnico de selección. Mi punto de vista es que se necesita un entrenador top para poder sacar lo mejor de este grupo de jugadores, pero no va a ser fácil encontrarlo. En caso de que no haya disponibles, no estoy en contra de que se quede Jimmy, pero la FMF tiene que agotar sus opciones antes de comprometerse. En un par de días escribiré una columna con lo que puede pasar en el banquillo del Tri, por lo pronto, a disfrutar el título.

Por Martín del Palacio

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