Vucetich y la crónica de un fracaso anunciado en Chivas

Por Martín del Palacio

Una de las verdades incómodas más grandes en el futbol es que, quienes participan, suelen saber mucho más que quienes analizan, y aún más que los aficionados. No sólo a nivel táctico sino también sobre lo que rodea a un equipo. Muchas veces, quienes clamamos por jugadores o sistemas, no sabemos lo que sucede en el vestidor, y eso puede ser incluso más importante que lo que se ve en el terreno de juego.

Algunos días después del anuncio de la contratación de Vucetich con Chivas, hablé con dos de sus ex dirigidos para que me contaran qué pensaban de la llegada del Rey Midas al Rebaño. La respuesta me sorprendió sobremanera. Esperaba que hablaran de sus títulos y su experiencia como catalizador, pero, esencialmente, lo que me dijeron es “no entiendo cómo ha ganado tanto. No hace nada especial”.

Lo que me contaron en ese momento -y yo reproduje en mis espacios- fue que Vucetich era un entrenador sin demasiada variedad táctica, no especialmente innovador, y cuyas sesiones de trabajo no eran particularmente intensas. Sí, me dijeron, ajustaba de forma excelente durante los partidos y, sobre todo, sabía apoyarse en sus jugadores veteranos para formar un excelente vestidor.

¿Era eso lo que necesitaba Chivas? No lo parecía. En un equipo muy joven, con el enorme escrutinio de ser uno de los grandes del futbol mexicano, con un vestidor plagado de egos y jugadores que han sido expuestos más de una vez en indisciplinas en los últimos años, contratar un técnico del que una de sus principales características era dejar las riendas sueltas, no parecía pintar bien para el futuro.

Además, la diferencia de edad entre Vuce, de 66 años, y un núcleo de jugadores entrando a los 20 no parecía pronosticar tampoco una gran conexión. El último éxito de Chivas había llegado de la mano de un técnico joven y obsesivo, Matías Almeyda. Y aunque la relación había terminado muy desgastada, había sido el único capaz de ponerle las riendas a uno de los vestidores más complicados del futbol mexicano.

Después, de forma medio inexplicable, los tapatíos habían decidido cambiar de fórmula. Llegaron Tomás Boy, Luis Fernando Tena y el propio Vucetich, todos mayores de 60 años, que no lograron conectar con sus dirigidos y se fueron con más pena que gloria. Es verdad, tampoco funcionó Cardozo, un entrenador más cercano a la media de edad de sus futbolistas, pero que no ha mostrado demasiado en su carrera de técnico hasta ahora.

Lo del “Rey Midas”, que llegaba obviamente con un mucho mejor palmarés, fue también la crónica de un fracaso anunciado. Su perfil no parecía corresponder con el tipo de entrenador que necesitaba Chivas y la información que llega desde Guadalajara en principio lo confirma. Roces con los jugadores y un estilo que no convencía al vestidor. La cuerda se estiró demasiado hasta que se rompió.

El entrenador que lo remplazará de forma interina, Marcelo Michel Leaño, cumple absolutamente con ese perfil: joven, estudioso y obsesivo. Su problema es la falta de experiencia dirigiendo a clubes en Primera División. 

¿Le pasará factura? Bien puede ser, aunque no estaría mal que le dieran la oportunidad de ganarse el puesto definitivamente y que no sea sólo una tapadera en lo que Matías Almeyda termina su contrato con el San José de la MLS, donde no ha tenido una buena actuación.

Por lo pronto, lo más importante es que la directiva de Chivas entienda que no puede seguir haciendo lo mismo esperando distintos resultados. Y que no estaría mal que, antes de contratar a un entrenador, hable con aquellos que fueron dirigidos por él. Si yo, que no tengo ni los contactos ni la influencia de los directivos del equipo, me pude dar cuenta de que el perfil de Vuce no era el adecuado, ellos sin duda llegarían muchísimo más rápido a una conclusión antes de comprometerse con su remplazo.

Los invito a que me sigan en Twitter, y también en Twitch. Pero, sobre todo, a que compartan este texto, para así animarme a escribir más y más seguido.

Anterior
Anterior

¡Mal y de malas! Messi lesionado

Siguiente
Siguiente

James Rodríguez con medio pie en Catar