Pachuca bloqueó la salida de Chávez al Feyenoord

Hace unas horas, el vicepresidente de Pachuca Armando Martínez dijo en entrevista que el Pachuca había rechazado una oferta del Feyenoord para llevarse a Luis Chávez el día de cierre de mercado. Martínez mencionó que el equipo holandés había hecho la oferta dos horas antes del plazo límite y que no había dado tiempo para la negociación.

El problema es que no fue así. Este caso es el que yo había mencionado en un hilo de Twitter al día siguiente de que sucedieron los hechos, y que pueden leer aquí. Ya que ha sido destapado por el propio directivo, relataré exactamente lo que sucedió, con nombres y detalles, en algo que muestra la manera en que suelen negociar los clubes mexicanos.

Pachuca recibió la oferta del Feyenoord en la mañana del día de cierre de registros en Europa, unas 9 horas antes de que expirara el plazo. El contrato de Chávez tiene una cláusula de rescisión para clubes europeos, con la particularidad de que debe ser pagada al contado para ser ejecutada. 

Los holandeses, sin embargo, no tenían esa cantidad en efectivo en ese momento, así que, para compensar, ofrecieron 20% más de lo que dictaba la cláusula, pagadera a plazos durante un año. Pachuca se llevaría entonces más dinero del que tenía planeado por el jugador y Feyenoord podía tenerlo de inmediato. El ofrecimiento parecía ser beneficioso para ambos si mantenían cierta flexibilidad.

Pero los Tuzos decidieron sacar más tajada, y demandaron al equipo holandés otro 20% por encima de la oferta original. Es decir, 40% por encima de lo que la propia cláusula de rescisión del jugador indicaba en su contrato. Enviaron la oferta y esperaron respuesta.

La respuesta, sin embargo, no llegó. Pasaron las horas y, extrañados, los directivos de Tuzos decidieron llamar directamente al club holandés. La respuesta fue que la contraoferta había sido excesiva, y que por ello habían decidido retirar su interés por el jugador.

Sorprendidos, los pachuqueños dieron marcha atrás y dijeron que siempre sí, que habían reconsiderado y que los términos de la primera oferta les parecían aceptables. Sin embargo, para entonces los holandeses habían decidido buscar en otra parte y habían retirado también la oferta original. Luis Chávez ya no sería jugador del Feyenoord.

Obviamente, el futbolista, que estaba al tanto del interés del equipo y se mostraba dispuesto a sacrificar parte de su salario para emigrar, terminó muy decepcionado, y al club holandés le quedó un muy mal sabor de boca de la manera en que sucedió la negociación. A estas alturas, es imposible saber si volverán a manifestar interés en el mediocampista mexicano.

El Pachuca, por su parte, se quedó como el perro de las dos tortas. Por tratar de sacar tajada se quedó sin nada y con un jugador insatisfecho. Lo peor es que lo que pasó no es único de los Tuzos, en realidad es algo común en el futbol mexicano. Las “facilidades” para ir a Europa son los padres, y el regalo que trae Santa Claus suele terminar en manos de jugadores colombianos y ecuatorianos, cuyos clubes entienden cómo funciona el mercado internacional. 

Por Martín del Palacio

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